La historia que lo rodea, el lugar donde se encuentra y el número de estatuas que lo forman, hacen al Ahu Akahanga uno de los más importantes de todo Rapa Nui, pero ¿cuáles son sus secretos y los consejos para visitarlo? Te lo contamos a continuación.
¿Qué veré en Akahanga?
Una antigua aldea, un moai derrumbado y una serie de restos arqueológicos: Akahanga es sin duda una zona privilegiada para todos los que quieren conocer en profundidad la cultura Rapa Nui y ver más allá de la naturaleza típica que tiene la isla. Revisemos en detalle todo lo que encontrarás en esta zona.
Los restos de una antigua aldea
En Akahanga (también conocida como Aka Hanga) están los restos de una de las más increíbles aldea de toda la historia de Rapa Nui. Apenas llegues podrás distinguir una serie de restos arqueológicos característicos de esta cultura y que te darán una visión mucho más amplia sobre cómo vivían e interactuaban entre ellos.
Lo primero que verás cuando llegues a la zona serán los famosos Hare Paenga (casas bote), el lugar construido para que los nativos pudieran dormir. Su nombre proviene de su forma, que vendría a ser como una canoa dada vuelta, donde la base sirve como techo y en los tiempos en que se utilizaba, era cubierta con hojas y ramas de distintos árboles del lugar.
Muy cerca de las casas verás también los hornos con los que los nativos cocinaban. Estos hornos (también conocidos como Umu Pae) están hechos de piedra y forman una especie de macetero que los isleños calentaban para poner luego la comida y cocinarla a fuego vivo.
En el idioma Rapa Nui la palabra Pae significa cinco, lo que tiene completo sentido con el horno, ya que como se ve en la imagen de arriba, utilizaban solo cinco piedras para construirlo.
Por último, muy cerca de todos los elementos recién mencionados, tenemos la cueva Ana Akahanga (recordemos que cueva en Rapa Nuo se dice Ana).
A diferencia de las otras grandes cuevas que les hemos mencionado en esta página, Ana Akahanga es sólo un pequeño espacio entre rocas que no tiene mucho recorrido interno. Los nativos la utilizaban sólo como refugio temporal para protegerse de la lluvia y el frío. Aún así, a pesar de su pequeño tamaño, vale la pena conocerla.
El Ahu de Akahanga
Es quizás el principal atractivo de la zona y el lugar que todos ustedes querrán ver. Se trata del Ahu Akahanga, una plataforma de aproximadamente 18 metros con 13 moais derrumbados tras las guerras internas que existieron entre las tribus de la isla.
Esta plataforma ceremonial no ha sido restaurada como otras de Rapa Nui, pero aún estando en el piso, los gigantes que la acompañan son sorprendentes y permiten conocer en un estado casi de exactitud pura, cómo eran cuando se construyeron.
Por último, junto a los moais derrumbados, podrán ver también un pequeño gigante de no más de dos metros, con muy pocos detalles (muy diferente al resto de las estatuas) y que según los historiadores, fue uno de los primeros en ser construido en toda la isla.
La tumba del primer rey
Hay muchas historias que rodean Isla de Pascua, pero una de las más importantes es la del primer rey. Según lo que cuentan los mismos nativos, el primer rey de la isla y la primera persona en llegar al lugar fue Hotu Matu’a, un colonizador proveniente de las islas marquesas.
En torno a Hotu Matu’a hay muchas historias, pero la que se relaciona con Akahanga se ubica en los últimos días de este legendario personaje.
La tradición oral cuenta que sus últimos días los pasó en la cumbre del volcán Rano Kau, y tras su muerte, sus hijos tomaron su cuerpo y lo movieron hasta la zona de Akahanga. Ahí fue enterrado bajo una gran torre de piedras y permaneció descansando por años.
De la historia anterior se cuenta también que una tribu envuelta por la ambición de llegar a lo más alto de la escala social, desenterró Hotu Matu’a y robó su cráneo enterrado, aunque años más tarde fue recuperado por los descendientes originales del rey.
A pesar de que esta historia se sigue contando entre los nativos de Rapa Nui, las investigaciones arqueológicas no han arrojado ningún datos que compruebe tal leyenda. No se han encontrado los resto de Hotu Matu’a ni tampoco una tumba o sepulcro que demuestre que alguien fue enterrado ahí, pero a pesar de que las investigaciones han sido infructuosas, esta zona no deja de ser un lugar cargado de magia y misticismo que vale la pena conocer.
Consejos para visitar el Ahu Akahanga
Lo primero que debes saber es que esta zona pertenece a los lugares protegidos por el Parque Nacional Rapa Nui, así que deberás comprar tu entrada para poder acceder y conocer la zona.
Ojo que a diferencia de otros lugares, aquí deberás presentar el ticket de acceso en la entrada del recinto. Frente a una imponente estatua del rey Hotu Matu’a verás una casilla con una persona recibiendo todas las entradas al lugar.
Junto con lo anterior debes saber también que no hay servicios de comida ni higiénicos cerca, así que lleva tu colación, anda al baño antes de salir y prepárate para un largo viaje. Si necesitas con urgencia pasar a un lugar con los servicios antes mencionados, deberás moverte hasta la zona del volcán Rano Raraku, el lugar más cercano (a unos 10 minutos en auto).
Cómo llegar al Ahu Akahanga
Akahanga está muy lejos de la ciudad (Hanga Roa) como para ir caminando, así que sí o sí deberás ir en auto, ya sea de forma independiente o en un tour que puedes contratar en la misma ciudad.
Dicho esto y para llega a la zona, deberán tomar la avenida principal Hotu Matu’a (como si fueran a la playa Anakena), luego tomar el camino hacia el volcán Rano Raraku (está indicado con un gran letrero) y por último doblar a la derecha unos 8 kilómetros aproximadamente.
En el lugar verás varios estacionamientos y puestos con artesanías que te indicarán que estás en el lugar correcto.
Otras leyendas de Akahanga
¿Se acuerdan que más arriba hablamos de la tumba de Hotu Matu’a? Bien, las últimas investigaciones han descubierto algo muy interesante: la hermanda del rey fue enterrada justo en el otro extremo de Rapa Nui.
¿Qué tiene esto de interesante? Que justo en ambas zonas de da un solsticio. En la tumba de la hermana el de invierno y en la tumba del rey el de verano. Los investigadores no creen que esto fue al azar y según lo que se está debatiendo actualmente, se piensa que ambos sepulcros tenían como objetivo generar una especie de barrera mística formada por mana y que atravesará toda la isla con el fin de protegerla.