La cueva Ana Te Pahu es uno de esos paseos que no te puedes perder. Es de fácil acceso, no es difícil conocerla por dentro y su amplitud y espacio hacen que sea un recorrido para toda la familia. Pero ¿cómo me preparo para esta caminata? ¿Por dónde me voy y qué debo llevar? Te contamos todo lo que debes saber a continuación.
Sobre la cueva
Ana Te Pahu es la cueva más grande de toda la isla (supera los 7 kilómetros de longitud) y es sin duda un paseo increíble para todos quienes quieren disfrutar de las maravillas naturales de Isla de Pascua.
Cuando llegues verás una gran cantidad de plátanos cubriendo la entrada y sabrás de inmediato que llegaste al lugar correcto. Es difícil que pasen desapercibidos.
Esta cueva es también conocida como la cueva de los plátanos.
Si sigues investigando la entrada y te fijas en el suelo, verás huellas de una palmera endémica (natural de la isla) que en los primeros años se podía ver por todo el lugar. Lamentablemente esta palma se extinguió y estas huellas petrificadas es lo único que queda.
Estamos listos para entrar a la cueva, ¿por dónde seguir? La entrada es un círculo gigante de más de un kilómetro de diámetro. Ese es nuestro siguiente paso.
Lo primero será bajar unos escalones de piedra que dirigen hacia el interior de la cueva. Deberás caminar con cuidado ya que están deteriorados, pero nada de qué preocuparte.
Ya adentro deberás seguir por un pasillo que se encuentra a la izquierda de la entrada y tras varios metros te encontrarás con tu primera parada: un árbol que crece al interior de la cueva y que sale de ésta por un agujero que hay en el techo. Esta imagen es de verdad increíble.
Hecho esto se acaba ese pasillo y deberás volver a la entrada. El siguiente camino está hacia la derecha y te dirigirá hacia un gran túnel con unas barreras de piedra que servían como protección contra los enemigos que intentaban ingresar.
Siguiendo por ese pasillo (que está bastante oscuro) te encontrarás luego nuevamente con la luz. Sí, así como lees, ese pasillo te lleva directamente a un enorme tragaluz (orificio en el techo) donde crece otro árbol y hay también un antiguo horno hecho con piedra y que usaban los nativos para cocinar (este es el punto perfecto para la foto).
Por último, y sólo si eres aventurero, puedes continuar por ese mismo pasillo, pero ojo que el camino se hace pequeño y oscuro. Si quieres llegar al final del tubo volcánico deberás pasar agachado y con una linterna en mano.
Consejos para visitar la cueva
Si tomas este paseo te recomendamos ir con ropa y calzado deportivo. La caminata será larga y por un camino bastante rocoso que podría ser resbaladizo si no te equipas correctamente.
Recuerda también llevar linterna. La cueva tiene varias zonas oscuras y sin una luz no sólo no podrás apreciarla a la perfección, si no que también podrías tropezarte.
Cómo llegar a la cueva Ana Te Pahu
Para llegar a la cueva puedes hacerlo en auto o a pie. Como punto de referencia te contamos que está a aproximadamente 8 kilómetros de Hanga Roa.
Tu ruta en auto será desde la calle Ara Roa Rakei (ver imagen a continuación) y seguir luego hasta el Ahu Akivi. Una vez dejes el vehículo deberás caminar unos metros y listo ¡estarás en la entrada de la cueva!.
Si decides ir a pie o en bicicleta, puedes seguir la misma ruta que en el auto o rodear el borde costero como se ve en la siguiente imagen. Cualquiera de las dos alternativas te tomará más de 1 hora caminando o unos 50 minutos a pedales.
Recuerda eso sí que ya sea que vayas a pie, auto o bicicleta, deberás presentar tu entrada al Parque Nacional Rapa Nui. Esta visita es parte de los paisajes protegidos y para entrar se debe pagar.
Historia de la cueva Ana Te Pahu
Esta cueva era utilizada como vivienda por los primeros habitantes de la isla. Es muy grande y tiene un fácil acceso, por lo que era una excelente alternativa para quienes querían habitar ahí.
Era también un excelente lugar para cocinar. Los agujeros que hay en el techo hacían que no se acumulara el humo dentro del túnel gigante.
Por último sirvió como un recolector de agua. Los mismos agujeros que mencionamos en el párrafo anterior sirvieron para que entrara agua en el lugar, se acumulara en el interior y sirviera luego como reserva para los nativos.
Durante las guerras internas, esta cueva, como la mayoría que hay en la isla, sirvió como refugio. Prueba de esto son las piedras que hay en la entrada y que buscaban dificultar el ingreso de los enemigos. Se cree que fue uno de los refugios más importantes de toda la isla y el lugar donde más familias convivieron juntas.
Como ven esta cueva no está rodeada de elementos arqueológicos, pero sí de una importante historia de sobrevivencia.