15 gigantes de piedra, un altar de 100 metros de largo y un paisaje único en todo el mundo. ¿Saben de quién hablamos? Hablamos del sorprendente e increíble Ahu Tongariki, la mayor construcción de toda Isla de Pascua y el monumento más grande de toda la polinesia.
Estos 15 moais, de pie uno al lado del otro, son una visita obligada en Rapa Nui y la figura más representativa de toda la zona. No puedes viajar a Isla de Pascua sin darte una vuelta por aquí y sorprenderte con esta obra arquitectónica. Como dicen los nativos, si no conoces el Ahu Tongariki, entonces no conoces Isla de Pascua.
Sobre el Ahu Tongariki
Es quizás una de las figuras más importantes de toda Isla de Pascua y no es para menos. Sobre una estructura de unos 100 metros de largo se posan 15 gigantes moais que sorprenden a todos los visitantes de Rapa Nui.
Entre esos 15 gigantes que le dan la espalda al mar, nos encontramos con distintas formas y tamaños. Hay algunas estatuas delgadas, otras muy gruesas,, algunas altas y un par más pequeña. No hay una simetría, pero esto es parte de la magia.
Los 15 moai que se posan sobre este Ahu fueron construidos con la famosa Toba Lapilli, la piedra con la que fueron construidos más del 80% de los moais y la más práctica y útil para este tipo de trabajo.
Esta piedra se encuentra en el volcán Rano Raraku y es la materia prima de construcción en Isla de Pascua.
Como les decíamos un poco más arriba, todos los moai del Ahu Tongariki son de diferente forma y tamaño. El más pequeño mide sólo 5,6 metros de altura y el más grande 8,8 metros. Este último, el más alto, es también el de mayor peso, alcanzando las 86 toneladas.
Siguiendo con las estatuas que se posan sobre el Ahu Tongariki, nos encontramos con sólo una que tiene un Pukao (gorro rojo), y aunque no hay certeza de porque sus hermanos no llevan este adorno, sí se cree que en un principio, cuando fueron construidos, todos los tenían, pero que el paso del tiempo y algunos desastres ocurridos en la isla, hicieron que los perdieran.
La teoría anterior se refuerza al ver muy cerca de este Ahu 7 de estos gorros rojos botados, como si se hubieran caído.
Junto con los moais, este Ahu tiene también una plataforma muy larga y llena de piedras circulares. Este tipo de adorno se llama Poro y era muy típico dentro de la cultura Rapa Nui.
Por último, alrededor de este monumento podremos ver otros moais algo destruidos y botados en el suelo. Según los historiadores formaban parte del Ahu Tongariki, que en algún momento de la historia pudo haber albergado a más de 30 gigantes.
Plataforma del Ahu Tongariki
Si se sorprendieron con los 15 enormes moais de este Ahu, se sorprenderán también con la plataforma que los sostiene. Si van por detrás de este Ahu y mira de espalda a los gigantes de piedra, se encontrarán con un muro de más de 4 metros que los sostiene y protege.
Este muro es clásico en todos los Ahu de la isla, pero este es el másgrande y sorprendente de todo Rapa Nui.
El moai tendido
A sólo pasos de este Ahu (80 metros aproximadamente) se encuentra también un pintoresco moai recostado de espalda sobre el piso. Aunque no tiene talladas las cuencas de los ojos, su posición asemeja a un hombre mirando el cielo y las estrellas.
¿Por qué este moai no tiene ojos? La tradición dice que las cuencas de los gigantes de piedra se tallaban una vez que era levantado sobre un Ahu, y que luego se incrustaban ahí los ojos construidos a partir del coral blanco.
Dado que este coloso no tiene ni siquiera las cuencas, lo más probable es que haya sido trasladado, pero se haya abandonado sin pensar en posarlo sobre una de las plataformas (Ahu).
Si bien la figura de este moai no se compara con la de los 15 moai que están sobre el Ahu Tongariki, es un monumento que vale la pena ver estando ahí.
El moai viajero
Como les hemos ido contando, Tongariki es un lugar increíble y no sólo por esos 15 gigantes de piedra, si no también por las otras figuras que acompañan todo el lugar. Junto con el gran Ahu y el moai tendido, tenemos también al moai viajero, un gigante de piedra que le da la bienvenida a todos los visitantes.
Este moai, de 4 metros de altura y 9 toneladas, está muy cerca del Ahu Tongariki, pero su orientación es hacia el lado contrario, como si les estuviera dando la espalda y mostrando su enojo por no haber sido subido a la gran plataforma con sus otros hermanos.
¿Por qué se llama el moai viajero? La verdad es que este nombre lo adquirió en 1982 cuando fue sacado de la isla y llevado a Japón para una exposición sobre la cultura de la polinesia. De este gran viaje (del que ningún otro moai ha sido testigo), obtuvo su nombre.
Este moai es famoso también porque en 1986, Pavel Pavel, un ingeniero checo, lo utilizó para comprobar distintas teorías sobre cómo movieron a los colosos de piedra. El experimento de Pavel Pavel fue todo un éxito y hoy, gracias a él, es que tenemos más claridad de cómo se trasladaban a estos gigantes.
Petroglifos de Tongariki
15 moais sobre un gran Ahu; un moai mirando las estrellas; un moai que viajó a Japón. ¿Creen que eso es todo? No, aún queda más. En la zona de Tongariki hay también un conjunto de impresionantes petroglifos (dibujos hechos en piedra) que representan a la cultura Rapa Nui en todo su esplendor.
El primer punto se encuentra a sólo metros del gran Ahu. Ahí podrán ver en el suelo una gran piedra tallada con muchas figuras que representan a las tortugas marinas típicas de la isla.
Un poco más adelante de este primer conjunto de petroglifos nos encontraremos con el famoso Papa Tataku Poki. ¿Qué es el Papa Tataku Poki? Son paneles de roca volcánica, también llenos de dibujos en piedra y que representan una vez más la cultura Rapa Nui.
A diferencia de los otros dibujos en piedra, este no tiene formas típicas de la isla, si no más bien incisiones y pequeños agujeros que representan las victorias de las tribus sobre los grupos enemigos (recordemos que durante la crisis de la isla existieron guerras internas entre tribus).
Por último, junto al Papa Tataku Poki tenemos una última piedra con muchos dibujos y representaciones del famoso Hombre Pájaro de Rapa Nui y también algunos peces típicos de la zona.
Alrededores del Ahu Tongariki
El nombre Tongariki hace referencia a los vientos de Isla de Pascua, y tiene sentido si pensamos en el lugar que se encuentra. Este Ahu está ubicado en quizás uno de los más bellos parajes de todo Rapa Nui, un lugar donde corre un viento cálido y suave, que mueve toda la flora y que permite a los visitantes disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.
En la zona del Ahu Tongariki tendremos una vista casi perfecta del Volcán Poike, también de los 3 islotes Motu Maratiri y justo al frente el imponente Volcán Rano Raraku.
Por donde miremos nos encontraremos con naturaleza e increíbles paisajes.
Consejos para visitar Tongariki
El sitio es tan impresionante que podrías visitarlo a cualquier hora y quedarías sorprendido, pero si nos preguntas a nosotros, te recomendamos guardar un día completo para este tour, ir muy temprano en la mañana y ver el increíble amanecer desde la zona.
Si vas entre el 21 de diciembre y el 21 de marzo a la isla (solsticio de verano y equinoccio de otoño), el sol saldrá directamente detrás del Ahu y tendrás una imagen sorprendente que podrás guardar para el resto de tu vida.
Una vez en el lugar tómate tu tiempo para recorrer todos los atractivos que hemos mencionado en este artículo y si puedes, quédate hasta que el sol se esconda, ya que así como es maravilloso verlo salir, será también maravilloso ver cómo se esconde detrás de estos 15 gigantes.
Por último y debido a que quizás estés todo el día en la zona, te recomendamos ir preparado con algo para comer y beber ya que en el lugar no existen puntos de venta ni tampoco servicios higiénicos. Si quieres ir al baño, deberás moverte 2 kilómetros hacia el volcán Rano Raraku, el lugar más cercano con este tipo de servicios.
Recuerda también comprar tu entrada al Parque Nacional Rapa Nui. Esta visita forma parte del parque y sin la entrada no podrás acceder. Este punto es muy importante.
Ubicación Ahu Tongariki
El Ahu Tongariki está a aproximadamente 20 kilómetros del centro de Hanga Roa. En auto el trayecto dura unos 30 minutos y en bicicleta puede tomar hasta 90. El camino ideal se sigue bordeando la costa como te mostramos en el mapa interactivo que podrás ver a continuación.
Cómo llegar al Ahu Tongariki
Para ir a este Ahu tienes dos opciones: contratar un tour directamente en Hanga Roa o tomar tu auto y manejar hasta el lugar.
La primera opción es quizás la más típica, y te llevarán también a conocer otros lugares cercanos. Si decidiste manejar por tu cuenta, debes saber que hay un estacionamiento justo en la entrada (al lado del moai viajero).
Para llegar en vehículo, deberás tomar la avenida principal de la isla (Avenida Hotu Matu’a), como si estuvieras viajando a la playa Anakena y cuando veas la indicación hacia el volcán Rano Raraku doblar a la derecha. Ya en ese camino avanza aproximadamente 15 kilómetros, disfruta del pasaje y sigue derecho hasta llegar a tu destino.
Tu última opción será ir en bicicleta. Aquí el camino es el mismo que en auto, pero el tiempo se extenderá bastante. Te puede tomar hasta una hora y media desde la ciudad.
Sea cual sea la opción, descarta ir caminando ya que la ubicación de esta zona está bastante alejada de Hanga Roa.
Historia del Ahu Tongariki
La teoría más plausible sobre este Ahu tiene relación con el clan Hotu Iti, el clan más grande la isla y que según los expertos ocupaba la zona de Tongariki como centro político, social y religioso. Para marcar el territorio y establecer soberanía, en el año 9000 d.C se habrían instalado los primeros isleños a vivir ahí y de a poco fueron llevando estos gigantes de piedra que hoy adornan el lugar.
Las distintas formas y tamaños que tienen los moai de este monumento, hacen creer que fueron llevados en distintas épocas y mandados a construir por los distintos líderes que tuvo este clan durante su historia. La perfección y detalles que tienen los últimos gigantes, muestran claramente cómo de a poco se fue mejorando la técnica de construcción por parte de los nativos.
En la zona podrán ver algunos restos de las casas típicas de Isla de Pascua, que dan muestra clara de que ese lugar estuvo habitado y fue muy importante para los isleños.
Pero no todo es alegría. Esta zona fue muy afectada durante la crisis interna que vivió la cultura Rapa Nui, y las estatuas que se posaban sobre el Ahu fueron destruidas y botadas al piso durante las guerras entre clanes.
Las bitácoras de viajes de los primeros exploradores europeos, cuentan que en su llegada, durante el siglo XVIII, estos gigantes ya estaban destruidos (hoy todos los moais están de pie y el Ahu fue reconstruido y restaurado en su totalidad).
El tsunami de 1960
Como les contábamos en el párrafo anterior, en algún momento de la historia estos moais fueron derribados, pero tras la llegada europea se reconstruyeron y levantaron nuevamente en su lugar. Hasta 1960 su conservación era casi perfecta, todo hasta la noche del 22 de mayo de 1960, cuando el terremoto más grande registrado en la historia mundial afectó también a Isla de Pascua.
Ese día fatídico (23 de mayo de 1960) un terremoto de 9.5 grados en la escala de Richter afectó a Chile y el epicentro fue en Valdivia, una ciudad que está a 3.700 kilómetros de Rapa Nui. El movimiento telúrico avanzó fuertemente por el océano pacífico y provoco un tsunami gigante que alcanzó a la mayoría de las islas de la polinesia.
A sólo una horas de este desastre natural, las olas gigantes llegaron a la isla y se estrellaron directamente en el Ahu Tongariki.
Si bien los isleños no sufrieron daños ni muertes al encontrarse en la ciudad Hanga Roa (está muy alejada del Ahu), estos gigantes se llevaron la peor parte al encontrarse de frente con olas de hasta 10 metros. La fuerza del mar fue tal que las estatuas que pesaban toneladas se movieron más de 200 metros desde su lugar de origen.
Cuando los nativos se acercaron días después a ver qué había pasado luego de este trágico episodio, se encontraron con sus gigantes de piedra tendidos y destruidos por todo el lugar.
La restauración de Tongariki
Tras la destrucción masiva ocurrida por el tsunami de 1960, las autoridades tenían un objetivo claro: recuperar y restaurar el Ahu Tongariki. Pero a pesar de estas buenas intenciones pasaron más de 30 años para que comenzara este proceso. Los presupuestos, los difíciles momentos que vivió Chile en dictadura y la dificultad para conseguir expertos en el área que ayudaran con esta titánica tarea, retrasaron por mucho tiempo la reconstrucción.
A pesar de la demora, en 1992 Chile creó un equipo de trabajo con expertos de distintas áreas (arquitectos, ingenieros y arqueólogos de Chile, Japón y Estados Unidos) con el fin de restaurar por completo este increíble monumento. Fue así que que a manos de los arqueólogos Claudio Cristino y Patricia Vargas que comenzó la gran tarea.
Es quizás el proyecto arqueológico y de restauración más ambicioso e importante de toda la polinesia (y uno de los más grandes del mundo), y tras 4 años de intenso trabajo, los moais y la plataforma ceremonial fueron reconstruidas por completo en 1995.
Para lograr esta restauración los expertos tuvieron que descifrar cómo era la forma original de estos colosos de piedra, investigar el terreno con herramientas digitales, encontrar los restos de cada uno de los gigantes y tratar de darle forma y vida a cada uno.
Durante la reconstrucción y excavaciones se encontraron más de 17 nuevos moais que habían estado en el lugar durante alguna época de la isla.
Al día de hoy, Japón y la Unesco sigue trabajando sobre este Ahu y en 2003, 2005 y 2006 corrigieron varios errores cometidos en los años 90 y aplicaron nuevas tecnologías para proteger la superficie de estos restos culturales.
Hoy gracias al trabajo internacional de cientos de expertos preocupados por la cultura, historia y tradición de la polinesia, podemos volver a disfrutar de esta maravilla y apreciar el monumento más grande de toda Isla de Pascua.